miércoles, 21 de octubre de 2015



Edad Media
La Edad Media fue el periodo intermedio de la división esquemática europea de la historia Universal, la historia ha sido dividida por convención en 4 edades o periodos, a saber, Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea.
El período de la Edad Media ha sido tradicionalmente delimitado con énfasis en los
acontecimientos políticos. En estos términos, habría comenzado con la desintegración
de Imperio Romano de Occidente en el siglo V (En 476 d. C.) durante las invasiones
bárbaras, y terminó con el final del Imperio Romano de Oriente (Bizancio) al producirse la caída de Constantinopla en el siglo XV (En 1453 d.C.) O con el
descubrimiento de América en el año 1492.
2.-Desarrollo de la arquitectura  el arte cultura y pintura en los siguientes periodos.
Paleo cristianismo.
Arquitectura.-









1-      Las basílicas.- Las basílicas son los edificio que adoptan los cristianos como lugar de reunión y de culto tras la legalización de sus creencias, que toma como modelo la basílica romana por dos razones:
-          Su concepción espacial y capacidad de acogida de grandes multitudes.
-          Nunca fue un espacio de culto de otras religiones (era lugar de reunión, justicia  y comercio)
BASÍLICAS ROMA











 Plantas



Las basílicas paleocristianas más destacadas las encontramos en la ciudad de roma: San Pedro,  San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros. Todas ellas erigidas en la época de Constantino.













Interior de la primitiva Basílica paleo cristiana De San Pedro de Roma.


Exterior de la basílica de extramuros.

Interior de basílica San Pablo Extramuros.

Pintura.
Las catacumbas contienen las primeras manifestaciones primitivas de la plástica cristiana. Se trata de pinturas que decoraban los techos y paredes con temas alusivos a la fe cristiana.  


 Orante

 Pintura de la catacumba de Priscila.


           Escultura.
Junto con la pintura sufre las limitaciones de la religión hebraica que prohíbe la representación de la divinidad. Sin embargo en los sarcófagos se mantiene el estilo romano, aunque utiliza símbolos temática religiosa. A veces resulta imposible distinguir unos de otros. Los primeros Sarcófagos son los estrilados, estrías o acanaladuras, sinuosas que los cubren. Sarcófago de San Vicente, en Valencia (M. San Pío V), con el crismón en medio. Con uno o dos frisos, con escenas bíblicas articuladas entre elementos clásicos. Vid y sarmientos Con gran simbología cristiana: “yo soy la vid y vosotros los sarmientos”. Pavo real, símbolo de la inmortalidad.

Sarcófago en el exterior del mausoleo de gala placida.
Sarcófago de Junio Basso.
Finales del s IV, Antiguo Testamento: Adán y Eva, sacrificio de Isaac (anuncio mesiánico), Daniel y los leones (la salvación).







Cristianismo.
El Cristianismo se había convertido en la religión oficial del Imperio Romano en el siglo IV (con Constantino, por el Edicto de Milán) y había empezado a extenderse entre las tribus germánicas antes de la caída de Roma. La división del Imperio Romano en dos, el de Oriente y el de Occidente, resultó también en una división en el seno de la Iglesia Cristiana. La parte occidental, centrada en Roma, se convirtió en católica; la parte oriental, centrada en Constantinopla, se convirtió en ortodoxa. La expansión del cristianismo entre los bárbaros constituyó una poderosa fuerza civilizadora y ayudó a asegurar que algunos vestigios de la ley romana y del latín continuaran en Francia, Italia, España y Portugal. Sólo en Inglaterra el cristianismo romano sucumbió ante las creencias paganas. Los francos se convirtieron al catolicismo durante el reinado de Clovis y, a partir de entonces, expandieron el cristianismo entre los germanos del otro lado del Rin. Por su parte, los bizantinos extendieron el cristianismo ortodoxo entre los búlgaros y los eslavos. El cristianismo fue llevado a Irlanda por San Patricio a principios del siglo V, y desde allí se extendió a Escocia, desde donde regresó a Inglaterra por la zona norte. A finales del siglo VI, el Papa Gregorio el Grande envió misioneros a Inglaterra desde el sur. En el transcurso de un siglo, Inglaterra volvió a ser cristiana. Los monasterios: En la Edad Media, unos cuantos cristianos fuertemente comprometidos se retiraron de la sociedad para vivir como ermitaños, normalmente en el salvaje e inhóspito límite de la civilización (p.e. Antonio). Los ermitaños, a su vez, inspiraron a algunos otros a realizar votos de pobreza y de servicio como respuesta a las enseñanzas de Jesucristo. Muchos de estos formaron nuevas comunidades de religiosos que recibieron el nombre de monasterios. El Papa Gregorio alentó la construcción de monasterios por toda la Europa cristiana. En algunas zonas de Europa, pronto se convirtieron en los reductos del saber. Los monjes irlandeses se desplazaron a otras zonas europeas para enseñar. Los monasterios eran la principal fuente de hombres instruidos capaces de ayudar en la administración del gobierno, por lo que muchos adquirieron importancia como asistentes y consejeros reales. Con el tiempo, los monasterios se enriquecieron por las donaciones de tierras, como le había pasado a la iglesia romana. El sistema feudal: Los señores feudales no eran siempre militares, sino que la propia Iglesia estaba también integrada en este sistema. Las catedrales, abadías y monasterios tenían también posesiones, y el diezmo se convertía así en una de sus fuentes principales de recursos (diezmo, percepción que cobraba el señor por el mantenimiento y reparación de un templo que era utilizado por los aldeanos como parroquia). Ante la inseguridad reinante, muchos propietarios de tierras buscaron el amparo y protección de otros señores más poderosos, a cambio de cederles su vasallaje y fidelidad o un censo o gravamen. Para asegurarse la lealtad del vasallo, el señor le entregaba a cambio un bien de naturaleza real, el feudo; éste se materializaba en forma de tierras o derechos, pero nunca con la propiedad plena sobre el mismo. El acuerdo entre ambos se efectuaba mediante la ceremonia del homenaje, por la cual el vasallo juraba fidelidad al señor, y éste lo acogía, ofreciéndole defensa y protección. La fidelidad estaba generalmente centrada en el campo militar, de manera que el vasallo se obligaba ante su señor a prestarle asistencia en caso de guerra; esto implicaba la necesidad de recursos para sufragar los gastos que suponía el mantenimiento de un caballo, un castillo o un contingente militar. Por este motivo, el feudo debía tener capacidad para generar ingresos suficientes a quien lo detentaba. Sobre el dominio señorial se percibían unas prestaciones que podían ser en especie o monetarias, como jornadas de trabajo en las tierras del señor, pago de tributos, contribuciones y tasas, o por la utilización de determinados servicios o bienes (molinos, montes, puentes o caminos). Ante la situación de la Iglesia, bien integrada en el sistema feudal y con los principios evangélicos desvirtuados, surgieron Francisco y Domingo, con la fundación de sus respectivas Órdenes Las Órdenes mendicantes: Se fundaron en el siglo XIII distintas órdenes religiosas, diferentes de las monacales, con distintos objetivos. En primer lugar, la vida monástica buscaba aislamiento. Por el contrario, los mendicantes se establecían en el corazón de las ciudades para atender espiritualmente a una población urbana en constante crecimiento. En segundo lugar, les caracteriza la adopción de la pobreza absoluta, tanto individual como colectiva, respondiendo a la aspiración del momento de volver a una Iglesia pobre, cómo la de los primeros tiempos, cómo la de los evangelios. Al negarse a poseer bienes, recurrían a la mendicidad para obtener lo imprescindible para poder vivir. De ahí viene el nombre. Aunque con el tiempo, y por la necesidad de asegurar la permanencia espiritual se mitigo esta pobreza aceptando lo pobreza colectiva y el uso de rentas. Por último, respondían a la urgente necesidad de predicar como medio de contrarrestar la influencia de los herejes. Y para que la predicación estuviese siempre dentro de la ortodoxia y poder contestar eficazmente a estos se consideró que los mendicantes debían de tener una buena formación religiosa e intelectual. Este será uno de sus grandes rasgos definidores: la preocupación por la cultura y la enseñanza.
El Románico  influencia franco-árabe
- En Cataluña es muy intensa durante el primer románico la influencia exterior, sobre todo de elementos franceses, carolingios, y de motivos ornamentales árabes califales.
- El Monasterio de San Pedro de Roda, de principios del siglo XI, es un conjunto alejado de los principales núcleos de población, presidido por una gran torre, pero destaca su interior poco usual, bóveda de cañón que apoya en columnas sobre pódium.
    
 Ya en el siglo XII aumenta la decoración escultórica, de influencia francesa, como en San Juan de las Abadesas, en la que sobresale además su deambulatorio con capillas radiales. También destaca el Claustro de San Cugat del Vallés, con columnas pareadas y capiteles historiados, y el Claustro de San Pablo del Campo, con influencias árabes en sus arcos lobulados, carolingias en los capiteles de hoja lisa y románica por su enorme ábside central.
     
 Influencia lombarda
- A Cataluña llegan cuadrillas de arquitectos y albañiles lombardos, siendo sus elementos arquitectónicos distintivos los arquillos lombardos, apoyados en franjas verticales que parcelan el paramento, y grandes torres exentas.
- Es un Románico muy austero, con poca decoración, sólo con ornamentos geométricos. Su obra cumbre es el Monasterio de Santa Mª de Ripoll, comenzado en el siglo XI y terminado en el XII, conjunto singular del que destacan una torre inmensa, la grandeza del crucero y el cimborrio, sus cinco naves y su cabecera con siete ábsides. En la Seo de Urgel sobresale, dentro de las influencias italianas, su galería de arcos vivos en el ábside.
          
- También es muy característico de este estilo el denominado Románico catalán de montaña, que se caracteriza por la solemnidad de sus torres, las cubiertas de madera, los paramentos de sillarejo sólo decorados por arquillos lombardos y los ábsides en ocasiones decorados con arcos lobulados, como en San Clemente de Tahull.
Románico de transición al Gótico
- Destacan las Catedrales de Tarragona y Lérida, de finales del siglo XII y claros ejemplos de la transición al gótico, con bóvedas de crucería y arcos apuntados, aunque los elementos sustentantes son aún los macizos del Románico.
     
El Románico en Aragón
- Típico del Románico aragonés es el "taqueado jaqués" o decoración geométrica de ajedrezado, que se extenderá su influencia a lo largo del Camino de Santiago.
          
- Sus ejemplos más característicos son de finales del siglo XI, la Catedral de Jaca, por su decoración exterior a base de taqueado jaqués y su interior con alternancia de columnas y pilares cruciformes, y el Monasterio de San Juan de la Peña, por  sus valiosos capiteles y por la conseguida integración de naturaleza y arquitectura al estar situado su claustro, ya del siglo XII, bajo una gran roca.

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